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jueves, 9 de diciembre de 2010

PENSAMIENTO ARISTÓTELICO

En zoología, Aristóteles propuso un conjunto fijo de especies, que se reproducen de forma fiel a su clase, pero pensó que la excepción a esta regla la constituía la aparición, “por generación espontánea”, de algunas moscas y gusanos “muy inferiores” a partir de fruta en descomposición o estiércol. Los ciclos vitales típicos son epiciclos: se repite el mismo patrón, aunque a través de una sucesión lineal de individuos. Dichos procesos son, por lo tanto, un paso intermedio entre los círculos inmutables de los cielos y los simples movimientos lineales de los elementos terrestres.

Además, creía que la libertad de elección del individuo hacía imposible un análisis preciso y completo de las cuestiones humanas, con lo que las “ciencias prácticas”, como la política o la ética, se llamaban ciencias solo por cortesía y analogía.

Las limitaciones inherentes a las ciencias prácticas quedan aclaradas en los conceptos aristotélicos de naturaleza humana y autorrealización. La naturaleza humana implica, para todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos formados por un individuo en concreto dependen de la cultura y opciones personales repetidas de ese individuo. Todos los seres humanos anhelan la “felicidad”, es decir, una realización activa y comprometida de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por muchos caminos.


Amor por la lectura

Impulsado por una innata curiosidad universal y una pasión ordenadora, Aristóteles fue el primer sabio griego que contó con una importante biblioteca personal, que estaba en su escuela, el Liceo. En ella se encontraban grandes recopilaciones de libros y documentos sobre los más diversos temas: investigación histórica, historiografía filosófica, obras científicas sobre biología, física, etc.

Sus obras

Entre las principales obras de Aristóteles figuran Organon -que reúne sus escritos sobre lógica-, Física, Del Cielo, De la generación y de la corrupción, Del alma, Ética nicomaquea, Política, Retórica y Poética.


 

ARISTÓTELES, EL PADRE DE LA LÓGICA


"Un hombre engendra a un hombre..." (Aristóteles)

Este filósofo es uno de los pensadores decisivos de la historia, ya que fundó la lógica como disciplina del razonamiento y aplicó las bases del método científico a todas las ciencias de su tiempo.

Datos biográficos

Nació alrededor del 384 a.C. en la ciudad jónica de Estagira, situada al norte de Grecia, en la península de Calcidia, muy cerca de Macedonia. Su padre, Nicómaco, era amigo y médico del rey macedónico Amintas III, cuyo nieto Amintas IV fue desplazado por su tío Filipo II, padre de Alejandro Magno.

Como perdió a sus padres a temprana edad, su infancia y parte de su juventud transcurrieron en la corte macedónica, donde fue compañero de estudios y amigo de Filipo II (382-226 a.C).
A la edad de 17 años, Aristóteles viajó a Atenas para realizar sus estudios superiores en la Academia de Platón, donde trabajó asiduamente durante 20 años. Con el tiempo se convertiría en el más célebre de todos los alumnos de Platón (él le llamó “el lector”)Pero cuando su maestro murió, Aristóteles dejó la escuela y emprendió un viaje que le llevó a distintas partes del mundo griego, particularmente a Assos, en Asia Menor. Estando allí se casó con Pitias, sobrina del rey Hermias, y se dedicó al estudio de la biología y de la historia natural.

El profesor

En el año 342, fue requerido en Macedonia por Filipo II para que se convirtiera en el maestro de su hijo Alejandro, cuando este tenía 14 años. Aquí, Aristóteles estuvo por varios años, hasta que Alejandro se convirtió en Alejandro Magno, el conquistador de Persia. Al volver a Atenas, fundó su propia escuela, llamada el Liceo. Tuvo gran éxito, haciendo hincapié en la filosofía naturalista. Sin embargo, en el año 323 llegó la noticia de la muerte de Alejandro Magno en Babilonia y como se sabía que Aristóteles había sido su tutor y estaba relacionado con la monarquía de Macedonia, la reacción antimacedónica que rondaba en aquellos tiempos a los atenienses, provocó rabia y se le acusó de irreligioso. Por ello, para no sufrir el mismo destino de Sócrates, abandonó la ciudad y se fue a vivir a Calcis de Eubea, donde murió al año siguiente de úlcera.

Filósofo y científico

Una vez que murió su maestro Platón, Aristóteles creó una nueva teoría del conocimiento, que rompe con los conceptos platónicos del mundo de las ideas y postula que el saber no es innato, sino adquirido. La ciencia que desarrolló se denomina lógica y considera tres elementos fundamentales del saber: el concepto mental, con el que se puede conocer la esencia de las cosas; el juicio, que hace desarrollar afirmaciones sobre la realidad, y el razonamiento, que permite expresar el pensamiento.

Con posterioridad, Aristóteles elaboró una teoría en astronomía, donde la Tierra era imperfecta y situada al centro del universo. Se componía de cuatro elementos centrales: tierra, aire, agua y fuego, que se movían, desde su punto de vista, en movimientos rectilíneos y esporádicos. En cambio, el movimiento de los cuerpos celestes (el Sol, los planetas y las estrellas) era continuo y circular. A fin de explicar el movimiento independiente de los planetas, Aristóteles sostenía que ellos rotaban haciéndolo sobre esferas concéntricas. Este sistema fue asumido por la cristiandad en el siglo XIII, llegando a adquirir un rango ritualizado como fundamento universal de la concepción del mundo. Solo logró ponerse en duda con la llegada de las ideas planteadas en el heliocentrismo por Nicolás Copérnico

PENSAMIENTO Y HERENCIA FILOSÓFICA DE PLATÓN

Su pensamiento

Platón es uno de los pocos filósofos griegos cuya obra nos ha llegado casi en su totalidad. En su mayoría se trata de diálogos escritos con belleza, claridad y exactitud, en los que las discusiones entre Sócrates y otros se presentan con infinito encanto.
Al igual que Sócrates, Platón estaba principalmente interesado por la filosofía moral, dejando a un lado la filosofía naturalista.

Además, a Platón le gustaban las matemáticas por sus abstracciones idealizadas y por su separación de lo meramente material. Actualmente, la matemática más pura trata de ser aplicada a los problemas prácticos de la ciencia. En cambio, en la época de Platón esto no era así, y el matemático podía considerarse a sí mismo tratando con las formas más elevadas del pensamiento puro y absolutamente ajeno al mundo de cada día, burdo e imperfecto.
Por otra parte, a Platón se le vincula con la doctrina fundamental que se conoce como teoría de las ideas.

Este llamó ideas a las realidades individuales estables y permanentes que existen en forma independiente de las cosas sensibles. En definitiva, las ideas constituyen “lo que es una cosa” o, lo que es igual, la definición esencial de las cosas: aquello que hace que sean como son. Por lo mismo, se le llama el padre de la corriente filosófica llamada idealismo.

A su vez, consideró que la relación entre las ideas y el mundo sensible podía pensarse de dos maneras. Una, que las cosas existen en tanto participan de la idea, de modo que, por ejemplo, una cosa bella es bella porque participa de lo bello en sí, y la otra, pensando que lo sensible imita a lo comprensible.

Su herencia filosófica

El pensamiento de Platón ha dejado un legado imborrable en muchos filósofos que los sucedieron. El neoplatonismo, con Plotino (203/4-270 d.C) a la cabeza, significó una restauración y renovación de la filosofía platónica, y San Agustín (354-430 d.C), lo introdujo en el pensamiento cristiano medieval.

En la cultura moderna, la influencia de Platón se reduce, pero igual se encuentran algunos de sus conceptos. En el francés René Descartes (1596-1650), los alemanes Gottfried Wilhelm Leibnitz (1646-1716), Baruch Spinoza (1632-1677), Inmanuel Kant (1724-1804) y Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher (1768-1834); y para el pensamiento contemporáneo, Platón es una referencia obligada: Friedrich Nietzsche (1844-1900) y Martin Heidegger (1889-1976).

PLATÓN, EL AMANTE DE LOS DIÁLOGOS

"El cuerpo es la cárcel del alma inmortal". (Platón
427 a.C. 347 a.C.

Discípulo de Sócrates, Platón es el hombre del cual se ha dicho que deriva toda la filosofía occidental. Creó la escuela más importante de Grecia.

Datos biográficos

Este filósofo griego nació en el año 427 a.C., aproximadamente. En aquellos años, Atenas era la democracia más poderosa, con una fuerza naval y marítima de carácter imperial (la Liga de Delos) y el centro intelectual y artístico del mundo griego.

Su nombre original era Aristocles, pero en sus años de estudiante recibió el seudónimo de Platón (que significa ancho), a causa de su ancha espalda. Fue un devoto seguidor de Sócrates y su muerte fue un duro golpe para él. Luego visitó diversas ciudades de África e Italia durante varios años, absorbiendo las ideas del filósofo y matemático griego Pitágoras.

Volvió a Atenas en el año 387. Allí se dedicó a la filosofía durante la segunda mitad de su larga vida. A las afueras de la ciudad fundó la primera escuela filosófica, llamada Academia.

La influencia de Sócrates


En el año 407, a la edad de veinte años, conoce a Sócrates, quedando admirado por la personalidad y el discurso de Sócrates, admiración que le acompañará toda la vida y que marcará el devenir filosófico de Platón. No parece probable que Platón mantuviera una relación muy intensa con el que consideró su maestro, si entendemos el término relación en su sentido más personal; sí es cierto que entendida en su sentido más teórico la hubo, y de una intensidad que raya en la dependencia. Pero también sobre su relación con Sócrates hay posiciones contradictorias. El que no estuviera presente en la muerte de Sócrates ha hecho pensar que no pertenecía al círculo íntimo de amigos de Sócrates; sin embargo, parece que sí se ofreció como aval de la multa que presumiblemente la Asamblea impondría a Sócrates, antes de que cambiara su decisión por la condena a muerte.

Primeros viajes

 

En el año 399, tras la muerte de Sócrates, Platón abandona Atenas y se instala en Megara, donde residía el filósofo Euclides que había fundado una escuela socrática en dicha ciudad. Posteriormente parece que realizó viajes por Egipto y estuvo en Cirene, (noticias ambas, aunque probables, difíciles de contrastar, no habiéndose referido Platón nunca a dichos viajes, por lo que también es probable que luego de una breve estancia en Megara regresara a Atenas ) yendo posteriormente a Italia en donde encontraría a Arquitas de Tarento, quien dirigía una sociedad pitagórica, y con quien trabó amistad.

Invitado a la corte de Dionisio I, en Siracusa, se hizo amigo de Dión, que era cuñado de Dionisio, y con quien concibió la idea de poner en marcha ciertas ideas políticas sobre el buen gobierno que requerían la colaboración de Dionisio. Al parecer, las condiciones de la corte no eran las mejores para emprender tales proyectos, ejerciendo Dionisio como tirano de Siracusa; irritado por la franqueza de Platón, según la tradición, le retuvo prisionero o lo hizo vender como esclavo en Egina, entonces enemiga de Atenas, siendo rescatado finalmente por un conciudadano que lo devolvió libre a Atenas.

La Academia

 

Una vez en Atenas, en el año 388-387, fundó la Academia, nombre que recibió por hallarse cerca del santuario dedicado al héroe Academos, especie de "Universidad" en la que se estudiaban todo tipo de ciencias, como las matemáticas (de la importancia que concedía Platón a los estudios matemáticos da cuenta la leyenda que rezaba en el frontispicio de la Academia: "que nadie entre aquí que no sepa matemáticas"), la astronomía, o la física, además de los otros saberes filosóficos y, al parecer, con una organización similar a la de las escuelas pitagóricas, lo que pudo comportar un cierto carácter secreto, o mistérico, de algunas de las doctrinas allí enseñadas. La Academia continuará ininterrumpidamente su actividad a lo largo de los siglos, pasando por distintas fases ideológicas, hasta que Justiniano decrete su cierre en el año 529 de nuestra era.

Últimos viajes

 

En el año 369 emprende un segundo viaje a Siracusa, invitado por Dión, esta vez a la corte de Dionisio II, hijo de Dionisio I, con el objetivo de hacerse cargo de su educación; pero los resultados no fueron mejores que con su padre; tras algunas dificultades (al parecer estaba en situación de semi-prisión) consigue abandonar Siracusa y regresar a Atenas. También Dión tuvo que refugiarse en Atenas habiéndose enemistado con Dionisio I, donde continuará la amistad con Platón. Unos años después, en el 361, y a petición de Dionisio II, vuelve a realizar un tercer viaje a Siracusa, fracasando igual que en las ocasiones anteriores, y regresando a Atenas en el año 360 donde continuó sus actividades en la Academia, siendo ganado progresivamente por la decepción y el pesimismo, lo que se refleja en sus últimas obras, hasta su muerte en el año 348-347.

Formador de la elite

El objetivo de esta escuela fue formar a la nueva elite dirigente, mediante una preparación científica y filosófica, para administrar la ciudad con justicia. Su éxito fue destacable y rivalizó con la escuela retórica de Isócrates (436-338 a.C), heredero de la cultura sofística de la época de Pericles.
Platón se quedó en la Academia durante el resto de su vida, exceptuando dos breves periodos de la década del 370 al 360. En esa época visitó Siracusa, la ciudad principal de la Sicilia griega, para servir de tutor al nuevo rey Dionisio II. Aquí tuvo la oportunidad de hacer a un rey filósofo, cosa que resultó muy mal, ya que el rey insistió en comportarse como un rey.
Murió tranquilo y feliz, puesto que se supone que falleció durmiendo, a la edad de ochenta años, después de haber ido al banquete de boda de uno de sus estudiantes.

LA INFLUENCIA DE SÓCRATES

Sócrates ejercerá una influencia directa en el pensamiento de Platón, pero también en otros filósofos que, en mayor o menor medida, habían sido discípulos suyos, y que continuarán su pensamiento en direcciones distintas, y aún contrapuestas. Algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas conocidas como las "escuelas socráticas menores", como Euclides de Megara (fundador de la escuela de Megara), Fedón de Elis (escuela de Elis), el ateniense Antístenes (escuela cínica, a la que perteneció el conocido Diógenes de Sinope) y Aristipo de Cirene (escuela cirenaica).

"La muerte de Sócrates", óleo sobre lienzo del pintor francés Jacques Louis David. Fue pintado en 1787. En la actualidad, se encuentra en el Museo

SÓCRATES, EL MÁS SABIO DE LOS HOMBRES

"Sólo sé que no se nada..." (Sócrates)
470 a.C. 399 a.C.

Este pensador griego, fue uno de los más grande filósofos de la antigüedad, porque consagró el pensamiento filosófico. Fue maestro de Platón, Euclides, Fedón, Jenofonte y Aristipo.

Este filósofo griego, que encarnó la virtud y la sabiduría, vivió en Atenas en el siglo V a.C, más conocido como el Siglo de Pericles, la época de mayor gloria de la cultura griega.

Datos biográficos

Nació en el año 470 a.C., aproximadamente. Fue ateniense, hijo del escultor Sofronisco y de la partera Fenareta. De su infancia y juventud no se sabe casi nada, solo que aprendió el arte de su padre, lo que le ayudó para su subsistencia cuando este murió y quedó solo. De ahí se interesó por el conocimiento y su formación la llevó a cabo con los filósofos Pródico y Arquelao. Luego tuvo una gran participación como soldado en varias batallas de la Guerra del Peloponeso.

En su parte física, no fue precisamente agraciado. Tenía los ojos saltones, la nariz chata, los labios gruesos y era calvo. Se casó a una edad algo avanzada, con Jantipa, con quien tuvo dos hijas y un hijo.

En el mundo solo se le conoció a través de sus discípulos Platón, Jenofonte y Aristófanes, que escribieron sobre él, ya que no dejó ninguna doctrina filosófica escrita.

Sus diálogos

Sócrates tenía poco dinero y nunca se esforzó demasiado por poseer más. Solo dedicó su vida a la polémica y a la enseñanza. Las plazas públicas, las tiendas de artesanos, los gimnasios o cualquier otro lugar era bueno para que hubiera hombres, preferentemente jóvenes, que desearan ilustrarse, que estuvieran dispuestos a conversar con él, a responder a sus preguntas, a buscar y exponer la verdad. Además, para él los valores éticos y la virtud debían tener un fundamento absoluto, ajeno a las circunstancias y accesible a la razón.

La diferencia del pensamiento de Sócrates con otros sabios de la época, como fueron los sofistas (ver recuadro), radica en que este rechazó la retórica (arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover), considerando que el conocimiento conducía siempre a una verdad necesaria. Para ello, creó un método llamado mayéutica, con el cual se puede encontrar la verdad que existe en la mente de cada interlocutor. Esto lo hizo mediante diálogos, en los que examinó las contradicciones de sus discípulos.

Su tumba

En 1995, la prensa informó que, cuando se excavaba para construir el Metro de Atenas, se había encontrado la que posiblemente fuese la tumba de Sócrates. En ella se encontró un esqueleto de varón, dos ánforas, un pocillo con restos de una sustancia venenosa y otros utensilios. Hasta hoy siguen las investigaciones del hallazgo.

Juicio y muerte

En el año 399 a.C., Sócrates fue acusado de inconformismo con la religión oficial y de corromper a la juventud con sus enseñanzas. Por ello, fue llevado a la cárcel y condenado a beber cicuta (veneno preparado con el jugo de esta planta). Aunque su amigo Critón le propuso fugarse, él no aceptó y obedeció el fallo, pese a considerarlo injusto.


PENSAMIENTO DE SÓCRATES

1. Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico: el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato que hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece como un sofista jocoso y burlesco, y que no merece mayor consideración.

2. Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico: ¿Responden las teorías puestas en boca de Sócrates en los diálogos platónicos al personaje histórico, o al pensamiento de Platón? La posición tradicional es que Platón puso en boca de Sócrates sus propias teorías en buena parte de los diálogos llamados de transición y en los de madurez, aceptándose que los diálogos de juventud reproducen el pensamiento socrático. Esta posición se vería apoyada por los comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón, quien afirma claramente que Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece bastante credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la Academia.

3. El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo; probablemente la búsqueda de dicha definición universal no tenía una intención puramente teórica, sino más bien práctica. Tenemos aquí los elementos fundamentales del pensamiento socrático..

4. Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo.

5. ¿Cómo proceder a esa búsqueda? Sócrates desarrolla un método práctico basado en el diálogo, en la conversación, la "dialéctica", en el que a través del razonamiento inductivo se podría esperar alcanzar la definición universal de los términos objeto de investigación. Dicho método constaba de dos fases: la ironía y la mayéutica. En la primera fase el objetivo fundamental es, a través del análisis práctico de definiciones concretas, reconocer nuestra ignorancia, nuestro desconocimiento de la definición que estamos buscando. Sólo reconocida nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad. La segunda fase consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad, de esa definición universal, ese modelo de referencia para todos nuestros juicios morales. La dialéctica socrática irá progresando desde definiciones más incompletas o menos adecuadas a definiciones más completas o más adecuadas, hasta alcanzar la definición universal. Lo cierto es que en los diálogos socráticos de Platón no se llega nunca a alcanzar esa definición universal, por lo que es posible que la dialéctica socrática hubiera podido ser vista por algunos como algo irritante, desconcertante o incluso humillante para aquellos cuya ignorancia quedaba de manifiesto, sin llegar realmente a alcanzar esa presunta definición universal que se buscaba.

6. Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación o era de carácter práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica: descubrir aquel conocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos valores a realizar. En este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": el conocimiento se busca estrictamente como un medio para la acción. De modo que si conociéramos lo "Bueno", no podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones será identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el saber.

7. En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper a la juventud". Al parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por Anitos, uno de los dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a muerte por una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a marcharse voluntariamente al destierro o a aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta.


LAS CUATRO REGLAS DEL MÉTODO: DESCARTES

En el siglo XVII se abren nuevos horizontes en el saber humano. Esto que culminará con la enciclopedia un siglo más tarde es un período que no pasará desapercibido para el futuro.
La ciencia no es únicamente un conocimiento teórico de las causas, se presenta como una oportunidad de crecimiento humano. Este conocimiento útil se erige con la certeza racional y evidente que le da solidez a sus propios planteamientos. Es el siglo de la física, las matemáticas, la geometría y las ciencias que no dependen de lo subjetivo.

EL MÉTODO CARTESIANO
Descartes propone un método que ha de ser matemático y universal, sea cual sea su aplicación o campo del saber a que se refiera. La definición de lo que él entiende por método la podemos encontrar en la Regla IV de su obra "Regulae ad directionem ingenii": "Así pues, entiendo por método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello de que es capaz.» ("Reglas para la dirección del espíritu". Alianza editorial, Madrid 1989, pg. 79)
La primera ventaja que nos proporciona el método es evitar el error. Pero, además de proporcionarnos un conjunto de reglas o procedimientos para deducir lo que ya conocemos, puede aplicarse a cualquier nuevo campo del saber. El método permitirá que aumentemos nuestros conocimientos y descubramos nuevas verdades.
Las reglas del método pueden resumirse en cuatro fundamentales, enunciadas por Descartes en su "Discurso del método":

1. Regla (Evidencia) «No admitir jamás como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era: es decir, evitar con todo cuidado la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión alguna para ponerlo en duda»
Descartes es un precursor del método basado en la evidencia. Sólo acepta como verdadero lo evidente. Pero ¿Qué es evidente? La evidencia se produce sólo en la intuición, es decir, en un acto puramente racional por el que nuestra mente capta o "ve" de modo inmediato y simple una idea. La intuición es la captación intelectual inmediata de una idea. Inmediato implica que no hay una cadena deductiva de por medio y, por otra parte, que no hay mezcla con nada sensible (no median los sentidos o la experiencia para captar esa idea). Si lo que es evidente es lo que es intuido, ¿Qué es lo que la mente intuye? ideas claras y distintas.
Una idea es clara cuando podemos advertir todos sus elementos sin la menor duda (se opone a oscura). La idea será distinta cuando aparezca claramente diferenciada, separada y recortada de las demás, de tal manera que no podamos confundirla con ninguna otra idea. (se opone a idea confusa).

La intuición intelectual se caracteriza por su indubitabilidad y exclusión total del error. Entre lo absolutamente falso y lo absolutamente verdadero no hay término medio. Algo es verdadero o falso. Descartes excluye los conocimientos que son únicamente probables. La certeza, como propiedad fundamental del saber, exige la desestimación absoluta de lo probable. Lo que no es claro y distinto (evidente) es confuso y oscuro debiendo ser rechazado como posible fuente de conocimiento.

La evidencia, como criterio de verdad, exige también que el conocimiento se retraiga a sus propios dominios y leyes, independientemente de lo que exista externamente a nuestra mente y su proceder. No hay posibilidad de experimentar una intuición sensible. Ésto no existe. Las ideas que provienen de la sensación son siempre oscuras y confusas.
Descartes llamó también "naturae simplices" o naturalezas simples a las ideas que poseen las características de claridad y distinción. Estas naturalezas simples son conocidas intuitivamente y constituyen los pilares sobre los que se asientan las verdades o ideas complejas. Por supuesto, Descartes sólo admite un reducido número de ideas simples (extensión, substancia, pensamiento, etc.). La mayoría de nuestras ideas son complejas, por lo que hay que encontrar la manera de reducirlas a ideas simples, por lo tanto, evidentes.

Descartes va cerrando el círculo: las naturalezas simples son, además, ideas innatas, es decir, ideas que están potencialmente en la mente y surgen con ocasión de determinadas experiencias.

Las ideas innatas son poseidas por todos los hombres por el hecho de ser racionales. No son ideas que se adquieran a través de la experiencia o el aprendizaje y tampoco dependen de la cultura o las condiciones históricas. Son verdades evidentes que se hallan en nuestras mentes, independientemente del tiempo, el lugar y la persona que las piense. Esto era necesario para poder garantizar un conocimiento evidente o cierto. Las ideas innatas garantizan la veracidad de nuestros conocimientos al convertirse en su verdadero y único sostén. Ellas mismas no necesitan (ni pueden) ser demostradas ya que caen fuera de la cadena de deducciones. El primer motor inmóvil que mueve sin ser movido queda transformado el las unidades simples de conocimientos que son la base de toda demostración sin ser ellas mismas demostradas por nada.

2. Análisis «Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes como fuera posible y como requiriese para resolverlas mejor»

Cualquier problema que tengamos que estudiar no es más que un conjunto vertebrado de ideas complejas. Analizar consiste en descomponer lo complejo en sus elementos simples, elementos estos que podrán ser susceptibles de ser intuidos como ideas claras y distintas, esto es: evidentes. Reducimos lo complejo a lo simple y, en el mismo movimiento, accedemos desde lo desconocido a lo conocido: las ideas innatas. Este procedimiento puede ser

3. Síntesis «El tercero, en conducir por orden mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer para ascender poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más compuestos, suponiendo incluso un orden entre los que se preceden naturalmente unos a otros".

Una vez que hemos llegado a los elementos simples de un problema hay que reconstruirlo en toda su complejidad, deduciendo todas las ideas y consecuencias que se derivan de aquellos principios primeros absolutamente ciertos. La síntesis es un proceso ordenado de deducción, en el que unas ideas se encadenan a otras necesariamente. En el proceso deductivo no sólo reconstruimos lo complejo a partir de sus elementos simples y verdaderos, sino que ampliamos nuestros conocimientos con nuevas verdades: de lo conocido (los elementos simples) accedemos a lo desconocido mediante un proceso ordenado y riguroso de concatenación de ideas.
La síntesis complementa al análisis y nos permite avanzar en la búsqueda de nuevas verdades.

4. Comprobación
«Y el último, en realizar en todo unos recuentos tan completos y unas revisiones tan generales que pudiese estar seguro de no omitir nada»

Se trata de comprobar y revisar que no haya habido error alguno en todo el proceso analítico-sintético. La comprobación intenta abarcar de un solo golpe y de manera intuitiva la globalidad del proceso que se está estudiando. Se parte de la intuición y a ella se vuelve. Una vez comprobado todo el proceso, podremos estar seguros de su certeza.